martes, 2 de julio de 2013

Al caer la noche cae el miedo


El miedo te espera

Hola  Lectores  fanáticos de las historias de terror  yo soy su anfitriona  en este blog hablaremos sobre tus perore temores así que si hay niños cerca les recomiendo que los alejen del monitor por que hoy tendremos un leyenda que ara que la sangre te hiele del miedo y....comensamos

Los restos de una madre 

Esteban se mostraba inquieto, quería volver por su familia a toda costa, pero; lo llevaron frente a un anciano, que le explicó mil cosas, pero; solo quiso escuchar cómo acabar con aquellos monstruos. Los engendros solo podían ser asesinados, por la misma persona que habían devorado, eso parecía ilógico, porque cualquier persona que hubiesen devorado estaría muerta… entonces, miró a su alrededor y vio que las flechas que con mucho cuidado tallaban las personas, no eran más que huesos, restos similares a los que el venia cargando.
La idea lo dejó perplejo, pero antes de que fuera tarde, puso sus energías en la tarea. El viejo le dijo que los símbolos tallados en los restos, eran el nombre del monstruo que había devorado a su madre, que buscara entre el grupo quien tenía unos iguales.
Las personas del bosque llevaban décadas atacando a los comedores de humanos, pero desgraciadamente no habían podido acabar con ellos, porque tenían apenas unas decenas de nombres y los engendros eran más de trescientos. En cada ataque robaban más huesos, pero la tarea seguía siendo casi imposible, porque existían seres pequeños que aun no habían devorado a nadie, y cuando volvían, estos ya había crecido y se reproducían agregando otros tantos nuevos a la población.

Esteban se había calmado, porque le informaron que aquellas horrendas criaturassolamente podían alimentarse de alguien después de haberse comunicado con su maestro en un ritual que duraba dos días. Los cuales fueron suficientes, para que aprendiera a pelear y más que nada a defenderse, pues aunque no podrían devorarlo, fácilmente podían matarlo en un instante.
Antes de que los dos días se cumplieran, entraron a escondidas ayudados de los árboles y algunas cuerdas, se situaron alrededor de la sala de las criptas donde los engendros hacían su ritual, no lucían ya como personas, sus piernas se habían doblado hacia atrás, no vestían ropas, solo estaban cubiertos por una capa de piel rosada y babosa a causa de tanta saliva que derramaban al saborearse a la niña y al señor que estaban atados en unas piedras con escrituras extrañas en ellas.
Todas las criaturas formaban un círculo alrededor de las piedras y entonaban un canto a gruñidos, mientras lo hacían, sus tres filosas hileras de dientes rompían sus mejillas y dañaban sus labios junto a sus lenguas bífidas, la sangre manchaba sus delgados cuerpos, y despedían un olor nauseabundo.
Cuando Esteban empezaba a atemorizarse, comenzaron a llover flechas, pero ningún monstruo caía. Solo se pusieron alertas… revoloteaban lanzando estruendosos chillidos, se sacaban con facilidad las flechas del cuerpo y las personas se ocupaban en tomarlas de nuevo para lanzarlas contra un engendro diferente; prueba y error era todo aquello, afortunadamente, con sus piernas torcidas se volvían lentos y sus enormes cabezas les impedían voltear bruscamente.
Transcurridos unos minutos, se escuchó un alegre grito, -”Sepus”- y de inmediato cinco personas le cayeron encima llenando su cuerpo de flechas, hasta que dejó de retorcerse. –”Rano”- dijeron a lo lejos, y lo mismo de nuevo.
Entre tanto alboroto, Esteban liberó a su familia; su padre quería marcharse, pero, el chico le pidió que abriera la puerta, y después le ayudara a sacar restos de las criptas. Dejaban en el pasillo las bolsas, para que en la retirada, cada uno de los que luchaban se llevara consigo una bolsa o dos.
El ataque fue productivo, veintitrés monstruos cayeron de una lista de veintiséis, y consiguieron más de 290 bolsas de restos, aunque perdieron once de sus miembros.
Esteban quería algo más que acabar con unos cuantos, pensaba eliminar a toda la raza. Así que cuando estuvieron a salvo, despidió a su padre y a su hermana. Y se convirtió en hombre del bosque, pero no fue uno más, si no aquel que organizara las futuras misiones. Planeaban conseguir en ellas todos los nombres antes de realizar un último ataque… en el que finalmente acabarían con todos los come humanos.